“Cuando quieras
emprender algo, habrá un montón de gente que te dirá que no lo hagas. Cuando
vean que no te pueden detener, te dirán cómo lo tienes que hacer y, cuando
finalmente lo logres, dirán que siempre han creído en ti”
La zona de confort es
aquella zona en la que nos encontramos
seguros, en la que controlamos, nada se nos escapa y que conocemos de
principio a fin. Es una zona que hemos ido conquistando, donde lo tenemos todo aprendido y que también nos ha conquistado a
nosotros.
Todo en la zona de confort no es bueno. En la zona de
confort tenemos a un jefe que no nos gusta pero del que siempre podremos decir
“más vale malo conocido que bueno por conocer”; también es una zona aburrida,
sin cosas interesantes o sorpresas pero que nos ahorra muchas preocupaciones.
Para todo aquello que
no nos gusta de la zona de confort tenemos el conformismo, a
través de él nos convencemos de que como en casa no se está en ningún lado.
¿Por qué salir de mi zona de confort?
Seguramente piensas que si estás tan a gusto en tu zona de
confort, no tiene mucho sentido salir de ella. Sin embargo, cuando hacemos
esto nos permitimos eliminar nuestras barreras, conocer nuevas personas y vivir
nuevas experiencias. Todo esto provoca un crecimiento que nos llevará a
tener mayores expectativas, aumentar nuestras habilidades y tener una vida más
satisfactoria en todos los sentidos.
También tomaremos conciencia de nuestros retos, miedos y, en general, nuestro lado oscuro. Sabrás que estás pisando este terreno cuando las ideas de cambio te hagan sentir estrés, sientas envidia de quienes ya están en ese punto al que deseas llegar, estés ansioso sobre si lo lograrás o no, trates de poner excusas para no hacer lo necesario y la autocrítica aumente considerablemente, sobre todo ante los pequeños fracasos.
También tomaremos conciencia de nuestros retos, miedos y, en general, nuestro lado oscuro. Sabrás que estás pisando este terreno cuando las ideas de cambio te hagan sentir estrés, sientas envidia de quienes ya están en ese punto al que deseas llegar, estés ansioso sobre si lo lograrás o no, trates de poner excusas para no hacer lo necesario y la autocrítica aumente considerablemente, sobre todo ante los pequeños fracasos.
Siempre recuerda que:
1.
Debes confiar en ti: Ten confianza en quién
eres, qué quieres, por qué y para qué lo quieres. Tener metas y sueños es
maravilloso. ¿Qué sería de nuestra vida si no tuviéramos ilusiones y lucháramos
por lo que queremos? Para ello tienes que confiar en ti, en lo que eres capaz
de hacer, en el potencial que tienes. No tengas miedo al fracaso, si tienes
confianza en ti mismo sabrás que de los
2.
Reconoce tus límites: Estamos cómodos en nuestra
zona de confort porque nos hemos adaptado de tal forma que nuestros límites no
se ven tocados. Pero cuando inicies el escape de tu zona de confort,
comenzarán a revelarse todas esas barreras internas o externas que tenemos. Lo
primero que debemos hacer es reconocerlas, darles su importancia y pensar en
cómo vencerlas. Acepta que no eres tan perfecto como quisieras pero reconoce
que puedes llegar a donde desees.
3.
Afronta tus miedos: El miedo nos alerta de
posibles peligros y es necesario para nuestro crecimiento y supervivencia. Hay
muchos miedos que son justificables, sin embargo también hay algunos otros que
están mal infundados y solo nos paralizan. Es muy triste ver como hay mucha
gente que prefiere tener miedo que perseguir sus sueños. Hay gente que prefiere
vivir quejándose de su zona de confort que arriesgarse y hacer algo propositivo
en su vida. Cuando logras vencer el miedo para hacer realidad una idea, un
proyecto ó un sueño la satisfacción es enorme.
4.
Aprende a aceptar: Cuando estamos en nuestra
zona de confort nos acostumbramos a que las cosas sean de una determinada
forma. Cuando decidimos salir, nos encontraremos con aspectos que no podemos
manejar o controlar. En este caso, es importante que aprendamos a aceptar las
situaciones que se nos presentan. Por ejemplo, si quieres hacer nuevos amigos,
debes aceptar sus características, particularidades y diferencias.
5.
Imagina lo que quieres y trabaja en ello: Cada
pequeña acción que llevas a cabo te ayudará a ampliar tu perspectiva. Si tu
zona de confort implica ser antisocial y quieres salir de ahí, una pequeña
conversación con alguien distinto cada día puede hacer la diferencia. No seas
tan exigente, un “buenos días” al vecino hoy y una sonrisa amistosa al taxista
mañana pueden cambiarlo todo.
Salir de nuestra zona de confort te ayudará a tener una vida más rica en emociones, conocimiento y perspectivas. También podrás crecer y evolucionar a una mejor versión de ti mismo.
Salir de nuestra zona de confort te ayudará a tener una vida más rica en emociones, conocimiento y perspectivas. También podrás crecer y evolucionar a una mejor versión de ti mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario